sábado, 2 de septiembre de 2017

EL ORÉGANO

 


El orégano (Origanum vulgare) es una especie de la familia  Lamiaceae nativa de la región de Eureasia y el Mediterráneo. Su nombre significa “la alegría de la montaña”, se utiliza como condimento, infusiones y en remedios naturales desde hace miles de años. Se puede utilizar fresco, pero el aroma de sus hojas se intensifica con el secado. Al igual que otras hierbas, el orégano pierde su sabor con la cocción, por lo que es mejor añadirlo al final de la preparación.

El orégano contiene vitaminas A, C E y K, así como fibra, folato, hierro, magnesio, vitamina B6, calcio y potasio. Además, el orégano, que algunas veces es llamado “mejorana” contiene potentes fitoquímicos que ofrecen potenciales beneficios de salud.

Cuenta con una gran cantidad de propiedades que pueden ser de gran ayuda para mejorar muchos aspectos del organismo, entre las que destacan sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Se considera un buen tónico con múltiples propiedades digestivas. En la medicina natural austriaca se utiliza la infusión del orégano para el tratamiento de trastornos en el tracto gastrointestinal.

El orégano también sirve para aliviar síntomas del resfrío y catarro mediante infusión con hojas de orégano. En general, el orégano es una planta medicinal muy beneficiosa para afecciones del aparato respiratorio debido a su efecto antiinflamatorio, analgésico y antiséptico. También tiene un alto poder antiinflamatorio. Científicos de la Universidad de Bonn (Alemania), y la ETH de Zurich (Suiza), identificaron un ingrediente activo en el orégano, conocido como beta-cariofilina (E-BCP), que puede ser útil contra trastornos como la osteoporosis y la arteriosclerosis.

Debido a la gran cantidad de ácidos fenólicos y flavonoides que tiene. Se cree que tiene un alto poder para eliminar los virus que pueden venir a través del contagio de los alimentos. El principio activo que tiene el orégano es el flavonol retusin, y sus aceites se destacan por tener monoterpenoides y monoterpenos. 

El orégano es un buen aliado contra la actividad microbiana. El aceite de orégano, por ejemplo, es un potente antimicrobiano, debido a que contiene un compuesto esencial llamado carvacol. Según el doctor Juan Ignacio Güenechea, sus propiedades son tan intensas que puede incluso aniquilar al Staphylococcus aureus resistente a la meticilina y a otros antibióticos.