Los transgénicos son seres vivos modificados geneticamente para proporcionarle alguna característica que jamás podría tener de forma natural. El procedimiento utilizado es la extracción del ADN de uno de los cromosomas de un individuo determinado, mediante ingeniería genética se clona un gen extraído de otro individuo con la proteína que se desea implantar, este se modifica y se fragmenta el gen. Se introduce en el primer individuo cuyo genoma contiene ahora un nuevo gen.
De forma natural no se puede cruzar los genes de dos individuos de especies distintas. Mediante técnicas de ADN recombinante (ingeniería genética) se puede cambiar el orden en el que la naturaleza ha distribuído los genes produciendo individuos nuevos.
El problema es que el impacto de los transgénicos en la salud humana no ha sido probado suficientemente.
El uso masivo de cultivos transgénicos amenaza la diversidad biológica y la vida en general, produciendo la contaminación de las especies nativas. La posibilidad de que genes modificados pasen descontroladamente de una especie a otra es un riesgo real que pondría en peligro la biodiversidad y por ende la alimentación humana.
El polen y la semilla de los transgénicos pueden ser transportados por los polinizadores a cultivos naturales y así contaminarlos genéticamente.
Una de las características genéticas que se ha querido modificar en los cultivos es la resistencia a las plagas. El riesgo es que al hacerlos mas resistentes se crean las "super plagas" con mayor poder de ataque lo que implica aumentar la calidad de los plaguicidas por ende aumenta la contaminación de los suelos, del agua y los residuos tóxicos en los alimentos.
La contaminación por exceso de agrotóxicos provocará la disminución de las aves que se alimentan de estos insectos, a su vez afectara a las plantas que son polinizadas por estas aves e insectos, reduciéndose así la producción de los frutos y en consecuencia afectara a todas las especies que se alimentan de estos frutos.